¿Para qué sirve la televisión?


La Televisión en este país comenzó por los grandes esfuerzos que realizó el estudiante de sub ingeniería en Radio Carlos Meléndez y después graduado como Ingeniero en Electrónica quien con la colaboración de un grupo de técnicos y alumnos de la Escuela de Electrónica de la Universidad Católica de Valparaíso desarrollaron a partir de 1956 un intenso periodo de experimentación y estudio junto con el inicio de los trabajos de construcción de un transmisor y una antena, labor ardua que tuvo su culminación con la primera transmisión del canal 8 de la Universidad Católica de Valparaíso el 5 de octubre de 1957 exhibiendo la inauguración del nuevo pabellón de los laboratorios científicos y salas de clases de las Escuelas de Biología y Química, Matemáticas y Física y además Electrónica que significaba un gran avance para el incremento de la labor docente de la mencionada casa de estudios (aunque, es justo reconocer que anteriormente en 1938 en la “Escuela De Artes y oficios” de Santiago se habían hecho experimentos utilizando aparatos marca: “Telefunken” operados por técnicos alemanes).



Sin embargo, mi propósito principal no es hacer una historia de los orígenes de la Televisión chilena, sino bosquejar un análisis de las fallas o defectos que ella tiene, las cuales, a mi juicio, son las siguientes:



1º Antes de expresar este primer punto hago la salvedad importante que yo, por mi parte, veo

Televisión, pero el menor tiempo posible, la rehúyo lo que más puedo, porque no me satisface e inclusive los llamados: “MATINALES” y los programas de la mañana, en general, y los de la tarde en otoño e invierno los tengo borrados de por vida. Presentado este alcance señalo primero que la Televisión es una intrusa que impide o estorba la conversación familiar más aún cuando hay problemas necesarios o urgentes que tratar a nivel de los integrantes de una familia. Siempre recuerdo una anécdota que nos contó una profesora que tuve yo en la U. C. V. de una familia que la invitó insistentemente a la casa de ellos y cuando ella fue no pudo hablarles, porque ¡estaban viendo Televisión!.



2º La Televisión es un medio de comunicación absorbente, “egoísta” que cautiva y exige dedicación exclusiva sin poder hacer prácticamente nada más imposibilitando efectuar algo de provecho personal. inclusive un estudio realizado por la Universidad de Michigan y citado por el diario: “La Tercera” del 21 de febrero del 2009 verificó QUE NO ES POSIBLE EJECUTAR DOS LABORES O TAREAS AL MISMO TIEMPO, porque el cerebro está programado para funcionar correctamente frente a un estímulo definido, vale decir, para concentrarse en una sola actividad. Asimismo, según un trabajo publicado por la revista: “Neuroimage” en los Estados Unidos dirigida por don Marcel Just, profesor de Psicología y director adjunto del “Centro de Imágenes Cognitivas del Cerebro” de la Universdad “Carnigie Mellon” de Pittsburg (Pensilvania) en una investigación que por primera vez ocupó la: “RESONANCIA MAGNETICA NUCLEAR” (RMN) para comparar lo que sucede en la cabeza de las personas cuando se ejecutan tareas complejas pretendiendo un individuo hacer dos cosas al mismo tiempo concluyendo que el cerebro posee una cantidad limitada de espacio en los quehaceres que requieren atención y que al tratar de realizar dos actividades a la vez, no se efectúa ninguna de las dos eficientemente como lo harían por separado, porque la cantidad de actividad cerebral que se dedica a cada una de ellas se reduce como, por ejemplo, manejar cuando hay mucho tránsito y al mismo tiempo hablar por teléfono celular.



3º La Televisión no sirve para realizar una actividad esencial en la vida como es leer y estudiar. Ningún discípulo del Señor Jesucristo, puede, v. g. estudiar la Santa Biblia en sus lenguas originales, o sea, griego y hebreo, Teología Bíblica o Hermenéutica a través de programas de Televisión. Esta nació con una “falla genética” irremediable por su misma naturaleza que es ES EL OLVIDO. Lo que una persona mira, es decir, un televidente incluyendo los noticiarios RAPIDAMENTE se le borra lo que acaba de ver, y, en consecuencia, la Televisión pasa a ser

solamente una vana entretención. Este es un DEFECTO INJUSTIFICABLE que nunca han asumido y nunca asumirán los que están dentro de la Televisión y usufructúan económicamente de ella.



4º No obstante, como lo adelanté en el punto anterior, la falla más grande de la Televisión secular es que ésta consiste en una entretención hueca y vacía que no aporta nada en lo espiritual y en lo moral para el televidente conforme a los mandamientos divinos establecidos en las Sagradas Escrituras. En la carta del apóstol Pablo a Tito 3:3 dice: “Porque nosotros éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros” (versión Reina Valera 1960). En este versículo el término usado para “deleite” es “EDONÉ” (aunque, en el texto heleno del Nuevo Testamento está en plural), el cual en la lengua griega significa: “pasatiempo, placer, concupiscencia, delicia, pasión, además de deleite sensual. Del vocablo griego: “edoné” proviene el término “HEDONISMO” que es una corriente filosófica que tuvo sus raíces en una de las llamadas “escuelas socráticas” que fueron “los cirenaicos”, los que consideraban al placer como único bien, y por lo tanto, a éste como el fundamento de toda la vida moral; doctrina filosófica continuada por el filósofo griego Epicuro (341-270 a. de. C.) y del cual se derivo el epicureísmo que defendía la tesis que el placer era el fin último por sobre la virtud, la sabiduríainclusive y que todo esfuerzo humano debía procurar conseguirlo (los epicúreos están mencionados junto con los estoicos en los Hechos de los Apóstoles 17:18) y ese trasfondo filosófico originado en la antigua Grecia y que no viene de Dios lógicamente, sino del diablo está presente absolutamente en la Televisión actual (porque los poderes sobrenaturales malignos que influenciaron para el desarrollo de la filosofía Griega precristiana son intemporales, vale decir, no están sujetos a un ciclo de vida de nacimiento y muerte como los seres humanos).



De igual modo, y para ir terminando: la Televisión en sus más de 50 años de trasmisiones en Chile ininterrumpidas ha hecho un perjuicio inmenso a la ciudadanía de este país (y de todo el mundo) en cuanto a secularizar a los televidentes obligándolos a pensar y hablar de asuntos puramente profanos y bombardeando todo el día con programas faranduleros, INFORMATIVOS, mundanos o francamente pecaminosos (como el ciclo de películas o series eróticas que ha trasmitido por años “CHILEVISION”) sin ningún contenido bíblico, cristiano o espiritual, como quiera llamarse, limitándose a ser ella un mero pasatiempo que únicamente sirven para perder miserablemente el tiempo, y en definitiva, si un seguidor de Cristo ve mucha Televisión y se acuesta o termina el día viendo algún programa va a dejar de orar, si ve mucha Televisión puede dejar de congregarse, es decir, de asistir a la iglesia cristiana a la cual pertenece, si ve mucha Televisión no va a predicar en la vía pública, si ve mucha Televisión no va a tener tiempo para leer o estudiar la Santa Biblia (o un diario, revista o un libro cristiano edificante) y si deja de hacer o reduce estas actividades propias o indispensables en la vida cristiana caerá en una tibieza espiritual muy propia de este tiempo previo a la segunda venida del Señor Jesucristo a la tierra, y en una actitud condescendiente y permisiva al pecado y a la corrupción o maldad que reina en la sociedad como nunca antes se había visto en la historia de la humanidad.

Mauricio Nieto H.
Profesor de Castellano y Licenciado
en Lengua y Literatura Hispánica
por la Universidad Católica de
Valparaíso.

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